El esperma
ayuda a luchar contra la depresión
El Dr. Gordon Gallup1, investigador de biopsicología
de la Universidad de Albany (Estados Unidos), reclutó a 293 estudiantes y las
dividió en grupos en función de la frecuencia con la que sus parejas utilizaban
preservativo. Paralelamente, evaluó su estado de ánimo utilizando un
cuestionario validado (Beck Depression Inventory). Cuanto más alta era la
puntuación, peor era su estado de ánimo.
Los investigadores comprobaron que las mujeres cuyas
parejas no habían utilizado nunca preservativo tenían una puntuación media de
8; aquellos que lo utilizaban a veces, una puntuación media de 10,5; los que lo
utilizaban habitualmente, una puntuación de 15; y los que lo utilizaban
siempre, 11,3. Las mujeres que no tenían relaciones sexuales, obtuvieron una
puntuación de 13,5. Cuanto más tiempo hubiera transcurrido desde la última
relación sexual, más deprimidas estaban las mujeres que utilizaban a veces o
nunca el preservativo. Una diferencia que no se detectó en las mujeres que
utilizaban el preservativo habitualmente o aquellas que siempre recurrían a él.
Incluso teniendo en cuenta otros factores (la frecuencia de las relaciones
sexuales, el carácter de las mujeres, el uso de anticonceptivos orales, la
estabilidad de la relación…), la influencia de la exposición al esperma
parecería afectar al estado de ánimo.
El esperma contiene hormonas capaces de afectar al
estado de ánimo (testosterona, estrógenos, prolactina…) que podrían estar
presentes en la circulación sanguínea en caso de relación sexual clásica o
incluso de felación. Según el investigador citado en la New Scientist2: “Del
mismo modo que los esteroides de las píldoras anticonceptivas pueden sobrevivir
al proceso de la digestión, creo que ocurre lo mismo con algunas de las
partículas químicas presentes en el esperma”. Sin embargo, el número de
participantes, la metodología basada en un cuestionario asertivo y la
discordancia entre los grupos que utilizan siempre y con frecuencia el
preservativo, hacen que los resultados de este estudio no puedan ser considerados
como verdades absolutas.
Lo que sí se sabe con más seguridad es que las
relaciones sexuales consentidas favorecen la liberación de endorfinas y de
dopamina a nivel cerebral, dos neurotransmisores asociados a un estado general
de bienestar. Y que para protegerte de las enfermedades de transmisión sexual,
ya sabes lo que dice el eslogan: “Póntelo, pónselo”.
El esperma:
¿un componente clave contra el envejecimiento?
Parece que la espermidina, presente en el esperma
(pero también en los quesos, los champiñones, los productos a base de soja, las
leguminosas, el maíz y los granos enteros), podría luchar contra el
envejecimiento celular, incluido aquel asociado al deterioro cognitivo. En un
estudio llevado a cabo en moscas Drosophila melanogaster3, parece que este
componente, incluido en su régimen alimenticio podría retrasar el
envejecimiento. Otro estudio confirma que existen menos daños asociados al
envejecimiento (y por lo tanto una mayor esperanza de vida) en gusanos, ratones
e incluso células inmunitarias humanas cultivadas in vitro4.
Aunque de ahí a extrapolar estos resultados y decir
que la espermidina es el nuevo Grial contra el envejecimiento celular hay un
trecho. Es cierto que estos resultados preliminares, basados en un componente
natural que, a priori, no tiene efectos secundarios, pueden ser prometedores,
pero todavía se requieren más investigaciones para que conozcamos el impacto
real que tienen en el ser humano.
El esperma
hace que el pelo vuelva a crecer
Una vez más, parece que la espermidina, testada en
células madre del cuero cabelludo humano, habría provocado un aumento en el
crecimiento del pelo y una regeneración del folículo piloso. Se trata de un
estudio in vitro realizado en laboratorio sobre cultivos de células epidérmicas
y de cabello.
0 comentarios:
Publicar un comentario